La tarde del Jueves Santo ya se convirtió en una antesala de lo que ha sido la Madrugá en Rota, con cientos y cientos de personas en la calle para acompañar a las hermandades en sus estaciones de penitencia. La Hermandad de los Dolores es la protagonista de la tarde del Jueves Santo, y llenó de emoción una salida que se caracterizó por la gran multitud que fue a presenciarla.
La plaza de Andalucía era un hervidero de gente esperando ver atravesar las puertas de la Iglesia de la Caridad a la Virgen de los Dolores, conmovedora y emocionante. No en vano hubo lágrimas con la primera levantá, muchos ojos emocionados se giraron hacia la Virgen, que fue portada con maestría por cuarenta hermanos costaleros guiados por Pedro Merino Salas.
No se puede dejar de admirar el magnífico patrimonio de esta hermandad, el más antiguo y mejor cuidado según indican los expertos en la materia. Con el color carmesí como seña de identidad, la hermandad procesionó de forma tranquila y ordenada, dando su sitio a su grupo juvenil, para acompañar a la Reina del Jueves Santo.
Como detalle, la Virgen procesionaba sobre un monte de claveles rojos, entre los cuales una única rosa roja quería simbolizar una gota de sangre vertida desde la mano derecha del Cristo de la Caridad. La salida fue un momento único, por la maestría con la que la Doloresa, vestida de hebrea, fue mecida al son de las marchas interpretadas por la Banda de la Hermandad del Nazareno. Estuvo acompañada en todo su recorrido, marcando una previa única a una noche intensa por llegar.