La Policía Nacional ha desarticulado una organización criminal asentada en la provincia de Málaga, altamente especializada en la comisión de robos en naves industriales mediante técnicas avanzadas como la apertura de cajas fuertes, a través del procedimiento del oxicorte -práctica auxiliar a la soldadura-; el manejo de drones para la inspección de tejados y espacios en altura; inhibidores y detectores de frecuencia; o herramientas concretas para la rotura de paredes -butrón- y cerraduras.
Los agentes han arrestado a un total de siete personas en las provincias de Málaga, Cádiz y Valencia, por su presunta participación en una veintena de robos en naves y oficinas de la Costa del Sol. La autoridad judicial ha decretado orden de ingreso en prisión -comunicada y sin fianza- para cuatro de los investigados, entre ellos los cabecillas de la trama, un ciudadano español y otro británico, de 41 y 26 años, respectivamente, ambos con un amplio historial delictivo en delitos contra el patrimonio.
La Policía Nacional ha intervenido a la red una amplia infraestructura con la que delinquían: inhibidores y detectores de frecuencia; botellas de acetileno y oxígeno para la apertura de cajas fuertes; un dron para el estudio de los tejados de las naves; herramientas específicas para realizar los butrones; extractores de bombines de las cerraduras; equipos de transmisiones; tres coches de alta gama; entre otros efectos. Además, los investigadores han incautado 11.000 euros en efectivo procedentes de los ilícitos penales y 15 gramos de droga sintética, y han recuperado una embarcación de fibra de cinco metros de eslora robada en Marbella (Málaga), constatando que la trama desmantelada también surtía de embarcaciones sustraídas a grupos relacionadas con el narcotráfico.
La desarticulación del grupo criminal coincide con la intensificación del Plan Comercio Seguro, que se extenderá hasta el final de las fiestas navideñas y que supone un incremento del número de efectivos en zonas comerciales -incluidos los polígonos industriales- y áreas de gran afluencia de público.
Inicio de la operación Way II en la recta final del verano
La operación Way II, llevada a cabo por agentes del grupo de Robos de la Comisaría Provincial de Málaga, se inició en la recta final del pasado verano tras producirse un cúmulo de robos en naves de la provincia que apuntaban a una misma autoría. Según las indagaciones, los sospechosos accedían a las naves a través de procedimientos como la fractura de cerraduras de las puertas de entrada; la rotura de paredes del perímetro exterior del inmueble o de otros colindantes -butrón-; o el forzamiento de tejados -rififí-.
Una vez dentro, los intrusos forzaban las cajas fuertes y sustraían el dinero, bien en el mismo lugar o, en el caso de encontrar dificultades, trasportando los cofres a otra localización con un vehículo de carga.
El método empleado en la apertura de las cajas fuertes, en función del tipo, modelo y envergadura de las mismas, era muy complejo. Los miembros de la trama utilizaban técnicas específicas como el oxicorte, un procedimiento auxiliar a la soldadura que requiere de una gran pericia y que se emplea en innumerables aplicaciones industriales, entre ellas para realizar el corte de chapas, barras de acero u otros elementos ferrosos.
Visitaban las naves previamente haciéndose pasar por empleados de empresas prestadoras de servicios
Previo a la ejecución del robo, llevaban a cabo una ardua y dilatada tarea de planificación, desplazándose a los polígonos industriales al fin de realizar un minucioso estudio sobre el terreno. Para ello, se hacían pasar incluso por trabajadores de alguna empresa prestadora de servicios, bien de seguridad, telefonía o de cualquier otra instalación, consiguiendo así poder ver donde estaban ubicadas concretamente las oficinas, los elementos de seguridad y la distribución y particularidades del inmueble.
En la ejecución de los robos, empleaban vehículos de gran cilindrada y alta gama con los que se desplazaban a los lugares que previamente habían seleccionado para cometer el robo. En algunas ocasiones también hacían uso de vehículos sustraídos, tipo furgoneta, con matrículas dobladas.
Tras el análisis pormenorizado de las denuncias formuladas y la práctica de numerosas diligencias, agentes del grupo de Robos detectaron una serie de particularidades que hicieron sospechar que los presuntos responsables de los hechos pudieran ser los mismos que los investigados en una operación anterior -Way I- desarrollada un año antes. Aquellos formarían parte de un grupo perfectamente organizado, con una alta profesionalidad, asentado en la Costa y con ramificaciones en Madrid y Cádiz.
Continuando con las indagaciones, los agentes fueron estrechando el cerco sobre los sospechosos, descubriendo las importantes medidas de seguridad que aquellos tomaban. En este sentido, la trama alquilaba coches a nombre de personas sin antecedentes para sus desplazamientos; emprendían viajes a otras ciudades por periodos de tiempo intermitentes tras realizar los robos; efectuaban contra-vigilancias; usaban dispositivos de detección de cualquier tipo señal electrónica; empleaban drones en la planificación de los ilícitos; usurpaban las identidades de terceros para trámites en hospederías; o usaban determinados atuendos para dificultar su plena identificación.
Ocupada una nave en Marbella para ocultar los efectos sustraídos
Una vez identificados los integrantes del grupo criminal y hecho acopio de los indicios necesarios para relacionarlos con los hechos denunciados, los agentes centraron sus domicilios, así como los garajes y trasteros de los que disponían para ocultar los efectos del delito. Además, los investigadores descubrieron que la organización había ocupado una nave en Marbella que utilizaban también como lugar de ocultación de objetos sustraídos.
Finalmente, en coordinación con el Juzgado de Instrucción Nº 10 de Málaga, se efectuó un dispositivo que culminó con el arresto de todos los miembros del grupo investigado -cuatro detenidos entre las localidades costasoleñas de Torremolinos, Fuengirola y Estepona, tres arrestados en San Fernando (Cádiz) y uno en Gandía (Valencia)-, por su presunta responsabilidad en los delitos de pertenencia a organización criminal, robo con fuerza, falsedad documental, contra la seguridad de tráfico, tráfico de drogas, hurto de vehículo, reclamación judicial y/o usurpación de bienes inmuebles. Por otro lado, se procedió a la entrada y registro de cinco domicilios y dos trasteros en Torremolinos, Fuengirola, Marbella y Estepona.