Quedan cuatro días para ponerse en cola y visita a ese personaje del norte de Europa al que algunos le tienen manía con razón o sin ella y los niños, como no saben de esas cosas -todavía- lo adoran.
Papa Noel estáen la plaza de la Iglesia con casa y todo desde el sábado pasado y cada día, de 18.00 a 21.00 horas, recibe a pequeños y grandes -también van mayores sin niños; pocos, pero van- que se sientan junto a él, reciben un caramelo y recomendaciones para que los regalos fluyan un año más.
Los días 23 y 24, además, estará también en horario matinal, de 12.00 a 14.00 horas, a modo de despedida.
Frente a la casa de Papa Noel, en el dintel de la Iglesia Mayor, está el portal de Belén de la ciudad, el oficial, que es visitado de vez en cuando. Pero que cobrará protagonismo cuando el Niño Dios esté junto a sus padres, una mula y un buey. Comenzará entonces otra historia, la de siempre, la única que había antes de que llegara un hombre barbudo, gordinflos y bonachón que habla con los niños y les da caramelos. No viene de tan lejos como dicen. No más lejos de Chiclana