Se avecinan tiempos duros para los pescadores de la chirla en el Golfo de Cádiz. La Junta de Andalucía ha decretado el cierre cautelar del caladero debido al agotamiento de recurso posiblemente debido a la sobreexplotación a la que ha estado sometido, junto a un conjunto de factores ambientales y de salud del caladero.
El indicador de referencia es el rendimiento medido en kilos por minuto y es el Instituto Oceanográfico Español(IEO) quien viene realizando un seguimiento científico para evaluarlo. La situación del caladero ha desembocado en que este rendimiento haya pasado de 0,8 kilogramos por minuto -la referencia establecida para que la actividad sea sostenible- a 0,2 kg/min actuales, lo que ha motivado su cierre. Podrían pasar meses hasta que pueda recuperarse totalmente, incluso, se baraja la cifra de 18 meses, todo depende de los datos de recuperación que el IEO vaya obteniendo a través del informe científico.
Esta situación preocupa al centenar de trabajadores que se dedican a la chirla en Sanlúcar y que han visto en estos meses reducirse a pasos agigantados sus posibilidades de mantener la actividad. Las causas que han conducido a esta situación son diversas aunque no ajenas al sector. Este es el tercer plan de gestión que la Junta de Andalucía pone en marcha para conseguir la sostenibilidad de la actividad, sin que se encuentre una fórmula adecuada.
En el mes de julio, la nueva orden que regula la actividad, estableció que los barcos podrían pescar durante tres horas y el sector acordó unas capturas máximas de 120 kilos diarios de chirla. 96 barcos y 20 rastros, mayoritariamente de varios puertos onubenses y del gaditano de Sanlúcar, faenan en el caladero del Golfo de Cádiz. “Es posible que el número de barcos y, por tanto, el esfuerzo pesquero, sea excesivo y no quepan tantos barcos en esta pesquería”, opina el técnico de la Cofradía de Pescadores, José Carlos Macías.
Al muelle de Sanlúcar llegan muchos barcos onubenses. De ellos, algunos venden su chirla en el Centro de Expedición y otros directamente se llevan las capturas para otras lonjas de Huelva. Cada día salen salen en furgonetas para distintos destinos de Huelva. “Si el tope establecido por el sector son 120 kilos por barco y día, a veces algunos barcos llegan hasta con 700 kilos, salen antes, pescan más horas de las permitidas y vuelven después”, apunta uno de los pescadores de chirla. Una situación que se contagia “porque si algunos traen 500 no vas a llegar tu con 120 kilos”. Es el segundo factor que ha contribuido al cierre del caladero: la dejadez de la Administración pesquera en algunos puertos en cuanto a la aplicación del régimen sancionador. “Hay barcos con más de mil incumplimientos a los que no se ha parado la actividad, lo que da la sensación al resto de la flota que se incumple y no pasa nada”, afirma el responsable de la Cofradía sanluqueña. “Sanlúcar ha venido cumpliendo, incluso nos opusimos cuando los puertos onubenses solicitaron ampliar la actividad de 3 a 4 horas porque iba a suponer aumentar las capturas. Es una situación provocada por parte de la flota y acaban pagando todos”, se lamenta el técnico de la Cofradía.
Ayudas para el sector
En palabras del propio Consejero de Agricultura, Pesca y D.Rural en la reunión mantenida el pasado lunes en Sevilla, la actual situación de la pesquería es “fruto de un conjunto de factores donde todos han tenido su parte de culpa”. Es por ello que la voluntad de la Administración está ahora en poner en marcha una línea de ayudas para los afectados, unos 100 trabajadores en Sanlúcar, entre empleo embarcado y personal en el muelle. Estas ayudas, del tipo ‘minimis’, podrán paliar en cierta medida los efectos socio - económicos derivados del cierre de la pesquería.