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Sevilla

‘Julie keeps quiet’: Clamoroso silencio

La mirada del guionista, junto a Ruth Becquart, y realizador belga Leonardo van Dijl, es asombrosamente madura, sabia, afilada y lúcida para ser una ópera prima

Publicado: 11/11/2024 ·
12:13
· Actualizado: 11/11/2024 · 13:07
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  • La actriz y guionista Ruth Becquart y la actriz Tessa Van den Broeck. -

Julie es una joven tenista, que apunta a ser una campeona de élite. Y no sólo eso, también es una buena estudiante becada en una academia de alto standing, con cuyas compañeras y atletas se lleva muy bien.

Otro tanto puede decirse de la complicidad y feeling, en los planos deportivo y personal, que mantiene con su coach. Pero el suicidio, en circunstancias no aclaradas, de otra alumna y excelente jugadora, a la que no conocía pero con la que compartía el mismo entrenador citado, hace que este sea suspendido y sus métodos cuestionados.

La sombra de la sospecha hace que la directora y personal del centro educativo pida al alumnado, sin presionarles, ni forzarles, que se manifiesten al respecto libremente, señalando si percibieron un comportamiento poco profesional en este hombre. Pero Julie, como indica el título, se mantiene en silencio.

Este silencio persistente, habitado por las tensiones y también por la lealtad hacia el investigado, con el que sigue manteniendo contacto, permea toda la historia proyectándose también en la cancha y en los duros ejercicios, ahora con un nuevo monitor.

Mientras su carrera, objetivo de todos sus esfuerzos, se proyecta en la mejor dirección, Julie, cada vez más rota emocionalmente, va investigando en solitario, recordando escenas, comentarios y conversaciones, contemplando videos de la chica tan trágicamente desaparecida hasta que…

La mirada del guionista, junto a Ruth Becquart, y realizador belga Leonardo van Dijl, cosecha del 91, que debuta aquí en el largometraje, es asombrosamente madura, sabia, afilada y lúcida para ser una ópera prima.

Es una mirada desasosegante que, bajo su puesta en escena aparentemente aséptica, esconde una incandescencia tan arrolladora como los potentes saques y jugadas de la protagonista.

Una protagonista con cuyo silencio, tan clamoroso, empatiza. Así como con su dolor escondido y, a la postre, con su honestidad. Revela la perversión de los abusos de poder disfrazados de paternalismo y se posiciona inequívocamente con la víctima, con todas las víctimas.

Coproducción entre Bélgica y Suecia, fechada en el año en curso, de 97 minutos de metraje. De factura y puesta en escena impecables, tanto la fotografía, de Nicolas Karakatsanis como la banda sonora de Caroline Shaw sirven con talento al relato. Destacar, entre su sólido reparto coral, a su protagonista Tessa Van den Broeck.

Escrito queda. Deberían verla.

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