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La ciudad de Sevilla vivió ayer una de sus citas más emblemáticas con la celebración de la Solemnidad del Corpus Christi, en una jornada que aún se encuentra profundamente arraigada a la ciudad. A pesar de las altas temperaturas, la participación fue notable tanto en los actos litúrgicos como en la procesión, que este año ha sido calificada como una de las más concurridas de los últimos tiempos.
El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, presente en la jornada, aseguró que ha sido “una jornada magnífica”, destacando la “mucha afluencia de público y una procesión más numerosa que otros años”. Además, puso en valor el “récord de altares y escaparates” instalados con motivo de la festividad, así como la “gran acogida a las vísperas”. Sanz agradeció el esfuerzo de la Delegación de Fiestas Mayores, que este año ha contado con dos nuevas portadas efímeras en distintos puntos del recorrido “para que Sevilla disfrutase de su festividad”.
También participó en los actos la consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo, así como el presidente de la Diputación de Sevilla, Javier Fernández, quien subrayó que “la tradición regresa a las calles y Sevilla se reencuentra con su historia”. Fernández definió el Corpus como “una manifestación viva de la identidad, donde la devoción se mezcla con la expresión artística”, y puso en valor el “tesoro de arte sacro que embellece cada rincón de la ciudad”.
La procesión, presidida por el Santísimo Sacramento, recorrió el centro histórico acompañado por el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, junto a los obispos auxiliares Teodoro León y Ramón Valdivia. En el cortejo también participaron autoridades civiles, militares y eclesiásticas.
Delante de la Custodia desfilaron los pasos de Santa Ángela de la Cruz, las santas Justa y Rufina, San Isidoro, San Leandro, San Fernando —obra de Pedro Roldán—, la Inmaculada Concepción, el Niño Jesús y la custodia pequeña de la Santa Espina.