La Federación Nacional de Transportistas Fenadismer ha remitido una carta al alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, al que reclama que gestione la terminación de las “prácticas mafiosas” de taxistas en el aeropuerto y la estación del AVE, que impiden el trabajo de profesionales llegados de fuera de la ciudad.
La carta, facilitada a Efe por el presidente de Fenadismer, Juan Antonio Millán, recuerda la necesidad que muchas personas tienen de usar tanto el avión como el AVE desde o hacia Sevilla, procedentes no siempre de la capital hispalense.
“Por ello, los taxistas sevillanos no deben, ni pueden apropiarse de ellas para su uso y negocio exclusivo, ya que es un abuso contrario a las normas del mercado único”, indica la carta.
Recuerda que según la ley, “es legal que cualquier taxista andaluz pueda dejar o recoger viajeros siempre que antes de iniciar el viaje en cualquier punto de Andalucía, hayan sido precontratados por su familia, por su empresa, o por cualquier operador turística, hotel o agencia de viajes”.
Además, el presidente de Fenadismer exige el derecho a trabajar libremente y que los poderes públicos garanticen la seguridad necesaria para prestar servicios de calidad a sus clientes precontratados.
Los transportistas reclaman en su misiva al alcalde de Sevilla “seguridad para el conductor y para el vehículo, ya que el Aeropuerto de Sevilla está actualmente bajo el control opresivo mafioso de un reducido número de taxistas que con prácticas de pandilla organizada entorpecen la normal actividad de los taxistas foráneos de Sevilla”.
La misiva de Fenadismer denuncia “numerosas coacciones, verbales y cada vez más agresiones personales y al vehículo, zarandeos, pinchazos de ruedas, rotura de lunas, arañazos y abollado en el chasis”.
Por estos motivos, reclaman una mayor implicación del Ayuntamiento de Sevilla, aunque “nos consta que la Policía Local trata de proteger a los taxistas foráneos”, reclaman que no caigan en la “trampa” de admitir denuncias de los taxistas por presuntos fraudes en la documentación, que, según denuncian, sólo buscan retrasar el viaje y que los clientes tengan que ser transbordados finalmente a un taxi de la ciudad.
