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Miércoles 27/11/2024
 
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Sevilla

Nace en el Virgen del Rocío un bebé operado de espina bífida en la gestación

Una mujer de 28 años ha dado a luz al quinto bebé operado intraútero de espina bífida en el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla tras someterse a una cirugía fetal a las veintiséis semanas de gestación

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Una mujer de 28 años ha dado a luz al quinto bebé operado intraútero de espina bífida en el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla tras someterse a una cirugía fetal a las veintiséis semanas de gestación.

La intervención la realizó en abril el equipo de Medicina y Terapia Fetal del Virgen del Rocío, que detectó la lesión en la tercera vértebra lumbar del feto a las veinticuatro semanas de gestación, después de practicar una ecografía y una resonancia, ha informado hoy en un comunicado el Servicio Andaluz de Salud (SAS).

El recién nacido tiene una movilidad y sensibilidad del cien por cien en sus piernas, además no presenta signos de hidrocefalia en las imágenes obtenidas mediante tac cerebral, por lo que se han podido evitar dos de las principales complicaciones de la espina bífida con la cirugía intraútero.

Par este tipo de cirugía, el equipo realiza una valoración preoperatoria muy exhaustiva que incluye una ecografía de alta resolución donde se valora la biometría del feto, se localiza la placenta y se determina la altura, el tamaño y la morfología de la lesión y otra transvaginal.

La intervención requiere que la madre reciba anestesia general junto con un catéter epidural, procedimiento anestésico que es uno de los más complejos, y resulta vital mantener el volumen uterino para minimizar el riesgo de desprendimiento de placenta, de contracciones uterinas y la consiguiente expulsión del feto.

Durante la cirugía, y tras comprobar con un ecógrafo la localización del feto, se realiza una incisión en el propio útero de 6 a 8 centímetros para la exposición del defecto, que se encuentra en la médula espinal, y se le coloca en posición óptima para que reciba anestesia fetal mediante una inyección.

La madre y el feto se encuentran, de este modo, preparados para que los profesionales inicien la liberación del defecto de la médula espinal con la piel y puedan corregir la malformación del tubo neural.

La intervención realizada es de una eleva complejidad y exige una exhaustiva preparación y seguimiento por parte del equipo de Medicina y Terapia Fetal, en el que participa un equipo multidisciplinar de expertos de reconocida experiencia.

De hecho, su actividad ha supuesto que se configure como uno de equipos de especialistas con mayor experiencia acumulada en este campo de Europa.

La espina bífida es una grave malformación del sistema nervioso central que afecta aproximadamente a 1 de cada 3.500 recién nacidos vivos, y cuya forma más frecuente es el mielomeningocele, para el que no existe un tratamiento óptimo tras el nacimiento.

El mielomeningocele presenta una alta mortalidad y puede acompañarse de hidrocefalia, que es la responsable de la gran afectación neurocognitiva del neonato.

La espina bífida puede provocar secuelas neurológicas (parálisis, hidrocefalia, retraso cognitivo, alteraciones de la columna), además de otras urológicas y traumatológicas con lo que el recién nacido ve mermada su esperanza de vida.

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