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Miércoles 27/11/2024
 
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Sevilla

El acusado de atropellar mortalmentente a un ciclista en Resolana culpa a la víctima

La defensa de un joven de 27 años acusado del atropello mortal de un ciclista ha culpado a la víctima del accidente ya que presentaba un \"elevado grado de alcoholemia y drogadicción\", se saltó un semáforo y circulaba sin luces y posiblemente escuchando música

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  • Bici en homenaje a la víctima -

La defensa de un joven de 27 años acusado del atropello mortal de un ciclista ha culpado a la víctima del accidente ya que presentaba un "elevado grado de alcoholemia y drogadicción", se saltó un semáforo y circulaba sin luces y posiblemente escuchando música.

La defensa de Guillermo T.M., en un escrito al que ha tenido acceso Efe, se opone a la acusación presentada por la Fiscalía de Sevilla, quien ha pedido para él dos años y medio de cárcel por un siniestro ocurrido sobre las 5.30 horas del 28 de febrero de 2013 en la calle Resolana de Sevilla.

El conductor del vehículo arrojó 0,66 miligramos de alcohol por litro de aire espirado y el ciclista Sergio L.M., de 25 años, había hecho una ingesta "abusiva" de alcohol y cannabis de forma que la analítica detectó 1,79 gramos de alcohol por litro y 35 nanogramos de THC, el principio activo del cannabis, según el fiscal.

La defensa de Guillermo T.M. cree que "el dolor por lo ocurrido impide a la familia de la víctima apreciar los hechos acontecidos con objetividad", pues el ciclista infringía el Reglamento de Circulación al haber consumido alcohol y cannabis.

Además, no respetó el semáforo en rojo que le vinculaba, su bicicleta carecía de luces y de sistemas reflectantes y el ciclista vestía con jersey, chaqueta y gorra negros.

Existe además la posibilidad de que fuese escuchando música con los auriculares del MP3 que portaba, ya que "de otra manera no se explica que no se apercibiese de la existencia del vehículo conducido por el acusado", mantiene la defensa.

El procesado, por su parte, arrojó 0,66 miligramos de alcohol por litro de aire espirado y no se le pudo practicar la segunda prueba al sufrir una crisis de ansiedad de la que fue atendido por el personal sanitario en las propias dependencias policiales.

La familia de la víctima, personada como acusación, eleva su petición de condena a tres años de cárcel, cuatro de privación del permiso de conducir y una indemnización de 115.646 euros a los padres del fallecido y otros 30.000 euros a un hermano que convivía con la familia.

No obstante, la defensa solicita rebajar esa indemnización pues el joven no convivía con sus padres, sino que compartía un piso alquilado con un amigo, y respecto a sus dos hermanos sostiene que no es procedente fijar indemnización alguna, al no convivir con el fallecido.

"La conducta de la víctima, contribuyendo de forma eficiente a la producción del siniestro, debería tenerse en cuenta para reducir la cantidad a percibir por sus padres", según la defensa.

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