CCOO promoverá nuevas movilizaciones debido a que la cafetería de la UPO sigue cerrada

Publicado: 25/02/2015
Permanece clausurada desde hace casi dos años
El sindicato CCOO de Sevilla ha anunciado que promoverá nuevas movilizaciones como consecuencia de la "dilación" a la que, consideran, la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla está sometiendo al proceso de reapertura de la cafetería localizada en el edificio 24 (Fausto Elhuyar de Suvisa) --frente a la biblioteca-- que permanece cerrada desde que hace casi dos años fuera objeto de cierre patronal por parte de la anterior empresa concesionaria.

   Ello a pesar de que, según ha precisado a Europa Press la delegada de CCOO, Rocío Sierra, hace poco se barajara el mes de marzo como posible fecha en la que la cafetería podría empezar de nuevo su actividad, después de las prórrogas establecidas por la dirección de la sede académica en el proceso de adjudicación aún abierto, al desbloquearse directamente con la empresa interesada la situación tras la entrega de documentación pendiente.

   De nuevo, se está produciendo un retraso en la solución a este problema, según ha precisado en una nota la central sindical, añadiendo que "tras la realización del concurso para la adjudicación de la cafetería, después de dos años de su cierre por la huida del anterior adjudicatario, sigue sin abrir sus puertas y sin perspectivas de que lo haga en breve".     

   Así, ha manifestado que después de que se presentase una sola empresa a la licitación ésta todavía no tiene acceso a las instalaciones de la cafetería, a pesar de haber entregado toda la documentación requerida por la UPO, argumentándose, en esta ocasión, la reparación de un cuadro eléctrico.

   Desde el Sindicato Provincial de Servicios de CCOO de Sevilla aseguran que "vemos en este hecho un elemento más de dilatación por parte de la UPO, que confirma su falta de voluntad en la apertura de dicha cafetería, pues ha tenido dos años para efectuar esta reparación".

   De esta forma, según ha lamentado CCOO, se está manteniendo una situación de "incertidumbre" para con los trabajadores, algunos de los cuales ya han consumido las prestaciones de desempleo y otros las terminan dentro de pocas semanas, así como de los propios usuarios que tienen que trasladarse a larga distancia para poder desayunar o almorzar.     

   A principios del pasado mes de noviembre, la UPO sacaba otra vez a licitación, después de que la primera vez el concurso quedara desierto, la explotación del servicio, por un canon mínimo de 6.050 euros anuales, pagaderos mensualmente a razón de cuotas de poco más de quinientos euros.

   Según las condiciones de la salida a concurso, consultadas por Europa Press, el contratista debe contar con solvencia económica y financiera, así como técnica y profesional; no se exige garantía provisional. El plazo durante el cual el licitador estará obligado a mantener su oferta será de dos meses.

SUBROGACIÓN DEL PERSONAL

   Los trabajadores de la cafetería ya mostraron recientemente su contrariedad por la demora que para la adjudicación suponía el cambio en el procedimiento, de negociado a concurso público, que les anunció la Gerencia de la sede académica. La intención de la UPO, si bien en el marco de un procedimiento negociado, era que el negocio pudiera reabrirse en el primer trimestre del presente curso académico 2014-2015, lo cual ya no puede cumplirse.

   La idea planteada fue la de un concurso negociado, hablando directamente con entidades interesadas en la adjudicación para poder dar fluidez a un proceso en el que se pretenden unos pliegos más abiertos que los anteriores; al primer concurso de licitación para la explotación de este servicio solo se presentó una empresa, que no fue capaz de acreditar los documentos y requisitos que se le reclamaron a pesar de que se le concedió una prórroga por valor de diez días.

   Los pliegos incluían la subrogación del personal que hasta su cierre venía desempeñando su labor en dicho negocio, y que había comenzado el reparto de octavillas y la recogida de firmas para instar a que el proceso se tramitara con mayor rapidez.

   Los trabajadores que desempeñaban su labor en este establecimiento barajaron alternativas como la creación de una cooperativa entre los propios empleados como modo de reflotar el negocio, si bien "tras hacer números las cuentas no salen", según los mismos, que constataron que esta fórmula no podría prosperar "debido a la gran deuda existente con la Seguridad Social y al hecho de que el anterior empresario se llevó maquinaria que hay que reemplazar".

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