El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), Manuel Romero, ha advertido hoy, a preguntas de los periodistas, de que en la cuenca del río Guadiamar no hay actualmente agua adicional disponible para la reapertura de la mina de Aznacóllar (Sevilla).
Romero, quien ha presidido una jornada de participación pública sobre la revisión del actual Plan Hidrológico del Guadalquivir, ha asegurado que aunque mantuvo contactos informales con algunas de las empresas interesadas en este concurso minero de la Junta de Andalucía para adjudicar esta mina, carece de cualquier información oficial sobre el proyecto ganador.
Este concurso, adjudicado por la Junta de Andalucía a la oferta presentada por Grupo Mexico y Minorbis, filial de la empresa cordobesa Magtel, fue recurrido inicialmente por el Gobierno central, por invadir competencias estatales y ahora está siendo investigado por un juzgado de Sevilla que ha detectado indicios de falta de rigor y posibles irregularidades.
El presidente de la CHG ha señalado a los periodistas que tiene "la misma información que ustedes, a través de la prensa" sobre este proyecto minero, pese a que este organismo debe de estudiar y, en su caso, aprobar el plan de aguas de esta mina, trámite que, en el mejor de los casos, puede durar un año, según Romero.
Aunque no ha querido pronunciarse sobre el hecho de que ni la Junta ni el grupo empresarial adjudicatario se han puesto en contacto con la CHG en relación con este proyecto, pese a su envergadura y la obligada tramitación de los permisos de agua, Romero sí ha confirmado que en estos momentos no hay agua disponible para esta explotación, salvo que la que se pudiera obtener de la depuración de aguas contaminadas, almacenadas en cortas de la antigua explotación minera.
El embalse del río Agrio, que proveía de agua a esta mina cuando la explotaba Boliden, le fue expropiado a esta multinacional por la CHG tras el desastre ecológico de 1989.
Una década después, sus recursos, de unos veinte hectómetros cúbicos, fueron asignados por la Agencia Andaluza del Agua -dependiente de la Junta de Andalucía- a diversos peticionarios, entre ellos, la plataforma fotovoltáica Solúcar, de Abengoa, y comunidades de regantes, para sustituir con este agua superficial la que extraen del acuífero que abastece Doñana.
Además, la cercanía de esta presa a escombreras con restos mineros contamina el agua con metales pesados, lo que dificulta un aprovechamiento total de estos recursos hídricos.
Romero ha explicado que la actual revisión del Plan Hidrológico del Guadalquivir prevé un recrecimiento de la presa del Agrio para aumentar su capacidad de almacenamiento, pero ha matizado que tanto la realización de esta obra como el estudio y autorización de una eventual concesión de aguas para la mina de Aznalcóllar, y del plan de gestión de estos recursos hídricos, consumirán un plazo de tiempo no inferior a un año.
"Queremos aumentar la regulación del río Guadiamar, recreciendo el embalse del Agrio para bajar la presión del acuífero de Doñana, pero ahora mismo no hay agua para la mina; hay recursos, pero hay que regularlos; estamos hablando de un proceso de licitación, pero cuando se resuelva este proceso y haya una empresa que tenga esos derechos mineros, pues tendrá que resolver muchos problemas, no solo el del agua", ha apostillado el presidente de la CHG.