La Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla acaba de dar su visto bueno a la construcción de un hotel de ocho plantas frente a la estación de Plaza de Armas y al centro comercial del mismo nombre.
Se trata, en concreto, de la manzana que hace ya esquina con Arjona, y que se prolonga a su espalda hasta la calle Trastamara. Actualmente dicha parcela se encuentra construida al 50 por ciento. Eso sí, se trata de un edificio antiguo semiabandonado. La otra mitad, justo la esquina con Arjona, es un solar sin construcción alguna.
Según el expediente de Urbanismo al que ha tenido acceso Viva Sevilla, la Gerencia ha otorgado “licencia de obras de nueva planta de edificio desarrollado en 8 plantas y sótano, destinado a uso terciario hotelero” para hotel de “2 Estrellas”, y “local comercial en bruto sin uso definido en planta baja y sótano, según proyecto visado por el Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla y documentaciones complementarias con fechas de registro 21 de abril de 2017 y 24 de enero de 2018”. Una licencia que, sin embargo, no se ha concedido hasta meses después debido a que faltaban distintos requisitos técnicos y legales por cumplir.
Viva Sevilla ha podido confirmar que se trata de un solar adquirido hace ya varios años por los dueños de la cadena hotelera Petit Palace, presente en distintos puntos del país y actualmente con cuatro establecimientos abiertos en Sevilla, todos muy céntricos: Santa Cruz, calle Jimios (próximo a la Catedral y Plaza Nueva), ambos de 4 estrellas; Canalejas (justo frente al Hotel Colón) con dos estrellas y Reyes Católicos, de tres estrellas, que ha sido el último en abrir y que ha heredado el nombre que ya tenía antes el establecimiento en manos de su expropietaria, la cadena Ilunion: Puerta de Triana.
La política de Petit Palace siempre ha sido la misma, salvo contadas excepciones. A lo largo de estos años, la firma ha abierto negocio en edificios muy bien ubicados que arrendaba por unos 7-8 mil euros mensuales y montaba desde cero en cuanto a instalaciones y personal. Así ha sido en tres de los cuatro hoteles de los que dispone en la capital andaluza. No en el cuarto (Puerta de Triana), que heredó de la cadena Ilunion con toda la infraestructura y personal con la que operaba.
Empleados a los que, debido a su antigüedad, ya que algunos contaban con 20 años de experiencia en el hotel, Petit Palace optó por no despedir (ahorrándose costosos finiquitos) y sí recolocar en los turnos de noche de sus otros tres hoteles de la ciudad. El motivo, según explican trabajadores con los que ha podido contactar este periódico, es que su bajo nivel de inglés les impedía mantener un contacto fluido con los clientes, la mayoría extranjeros.
Competencia
En cualquier caso, con el que será su quinto establecimiento en Sevilla, Petit Palace ha roto su costumbre. Esta vez ha decidido invertir en suelo y en la construcción del edificio con fondos propios, decisión en gran parte impulsada por el fulgurante crecimiento que está experimentando la cadena. De hecho, la previsión de la firma hotelera es abrir a medio plazo más establecimientos en la capital andaluza, donde llevan ya 15 años asentados.
El futuro Petit Palace Plaza de Armas competirá directamente con el NH Plaza de Armas, ubicado al otro lado del centro comercial, y con el Ribera de Triana (ambos de 4 estrellas), al otro lado del Puente del Cachorro.
Los dueños de Petit Palace, de origen canario, están sondeando otros posibles destinos en los que abrir más establecimientos. Es el caso de Jerez, ya que uno de los requisitos innegociables que la firma exige para futuras ubicaciones es que éstas dispongan de aeropuerto. La localidad gaditana cumple con ello, pero el flujo de movimiento aéreo que registra de turistas no termina de convencer a la cadena para instalarse en ella.
Canarias, donde tampoco tienen presencia, es otro de los puntos prioritarios en su hoja de ruta debido a los vínculos, antes citados, de los dueños con el archipiélago. Otro de los proyectos en los que ya trabaja Petit Palace es en el salto al extranjero, donde tampoco ha abierto aún.
