El Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), ha iniciado el proceso para la restauración del manto de la Coronación de la Esperanza Macarena, confeccionado hace más de medio siglo, que tiene como objetivo devolver la luz a una pieza única del arte cofrade.
Una obra, según ha informado la Junta en un comunicado, con terciopelo verde, hilos de oro, sedas de colores y pequeñas pedrerías, confeccionado en 1964, que, con 437 por 477 centímetros, ocupa gran parte del taller de tejidos del IAPH en el que se están realizando las labores de limpieza y conservación.
El diseño del orfebre y proyectista Fernando Marmolejo y el bordado de Esperanza Elena Caro se han puesto en manos de cuatro personas que participan en las actuaciones, toda una labor de equipo en la que están implicados restauradores, fotógrafos, historiadores y químicos.
La Hermandad de la Macarena contactó el año pasado con el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico para que analizara el estado del manto, en el que se apreciaban signos de suciedad generalizada, con dudas en el seno de la corporación sobre la consistencia del terciopelo de base con vistas a las salidas procesionales.
Ante ello, el IAPH realizó un primer análisis en el que constató el buen estado del soporte: "No existían problemas de consolidación, estaba fuerte, pero sí había otros aspectos que se podían subsanar, como algunas pequeñas roturas puntuales en la blonda perimetral o en el tejido de terciopelo", explica Lourdes Fernández, restauradora de tejidos y responsable del proyecto de intervención en el manto.
Tras conocer el informe del Instituto, en el que se confirmaba que la pieza estaba en buenas condiciones, la hermandad valoró las garantías del centro y apostó por sus técnicas innovadoras en restauración.
La calidad original del manto es un factor que influye en la vistosidad de los resultados, porque “una obra buena y de calidad es siempre muy agradecida tras un tratamiento de restauración, y esta lo es", destaca Araceli Montero, jefa del Área de Tratamiento y especialista en restauración de tejidos del IAPH.
Una de las principales peticiones de la hermandad era no solo conservar el bordado, sino también el terciopelo de base, el que encierra una de las principales peculiaridades de la pieza, ya que el color verde de fondo queda matizado con el empleo de una especie de malla metálica, recreada a través de hilos de oro tendidos, que parece imitar al tisú.
"Nunca habíamos visto una obra con el terciopelo de base bordado, porque esto es también, al fin y al cabo, una técnica de bordado", asegura Lourdes Fernández.
Fernando Marmolejo ideó un manto con inspiración en el mundo clásico y presencia de capiteles, anillas e incluso ornamentación 'candelieri' a modo de candelabros, con elementos muy característicos de la propia hermandad, como los corbatines, que recuerdan a la saya de los volantes de la Macarena, obra de Victoria Caro, muy popular por la calidad de su ejecución y representativa de la última etapa del regionalismo sevillano.
El proceso de restauración del manto de la Coronación se inició con la documentación gráfica de la obra para analizar su estado y, ya en vivo, se estudiaron sus principales puntos y se seleccionó una muestra de los hilos metálicos para su análisis en laboratorio, donde también se han revisado la estructura y las fibras del terciopelo.
En una primera fase, se ha desmontado la blonda perimetral del manto, al que se le cambiará el forro, y, tras una aspiración general, se lleva a cabo una microaspiración pormenorizada de la superficie, centímetro a centímetro, para eliminar partículas y depósitos de suciedad.
Posteriormente, se efectuará la limpieza del hilo metálico y el bordado, un paso este último facilitado con la hidratación de la fibra, que se encontraba muy reseca, entre otras labores a realizar.