Cuando la temperatura no sea tan elevada como la que acompaña estos días, Torremolinos se convertirá en la capital de la música rockabilly y el estilo ‘vintage’.
El festival Rockin’ Race Jamboree celebra del 7 al 9 de febrero de 2019 su 25 aniversario. La organización pretende superar el récord de 5.000 asistentes al auditorio municipal. Expectativas que, por el momento, parece que se convertirán en realidad, ya que informaron que, a falta de ocho meses para la celebración del evento, ya están agotadas las plazas en los alojamientos hoteleros oficiales.
El cartel lo encabezarán, entre otros, artistas y grupos de la talla de The Blasters, The Paladins, The Original Planet Rockers JD McPherson, Los Straitjackets o Dale Watson, que llegarán desde Estados Unidos, además de Hot Boogie Chillun, desde Alemania o Johnny Tedesco, que pisará suelo torremolinense desde Argentina.
El director del festival, Guillermo Jiménez, afirmó durante la presentación que “se ha producido un efecto llamada de asistentes a nivel mundial debido a la fuerte inversión que hemos realizado con la contratación de artistas de primer nivel”.
Esta cita cumple con el objetivo de acabar con la estacionalidad turística que caracteriza al municipio. En esa posición se mostró la edil de Promoción Cultural, Aida Blanes, quien afirmó que “se trata de unos de los mayores reclamos turísticos de Torremolinos durante el invierno, que se extiende mucho más allá de nuestras fronteras”.
Las novedades
A pesar de que los conciertos se celebran en el Auditorio Municipal Príncipe de Asturias, el Rockin’ Race sale a la calle con actividades de ocio y música al aire libre en La Carihuela, la plaza de La Nogalera y, como novedad el próximo año, en la zona de El Bajondillo.
Precisamente allí tendrá lugar ‘The Dash’, que llevará a este escenario playero una exposición y una carrera de coches clásicos. Con este añadido, la organización pretende homenajear la “filosofía de vida de los jóvenes americanos de los años 50’s, cuando se reunían para mostrar sus vehículos customizados”. Además, contará con foodtrucks y música en directo.
Repercusión en la ciudad
La celebración del festival tiene una clara repercusión en la vida económica de Torremolinos y, por extensión, de Málaga y la Costa del Sol. A la cita acuden cada año turistas llegados de México, Japón, Australia, Estados Unidos y Europa para disfrutar, a lo largo de unos días, de este estilo de música y de vida.
Así, se benefician de forma directa los restaurantes y establecimientos hoteleros de la zona. Además, la Costa del Sol puede identificarse como un destino turístico no sólo atractivo y sólidamente afianzado, sino capaz también de ofrecer alternativas de ocio adecuadas y adaptadas a todo tipo de turista que visita el municipio buscando algo más que sol y playa.