El viernes, 21 de julio, dos ciudades hermanas se reencontraron tras varios años más alejadas de la que ambas hubieran deseado estar. Ese viernes, se produjo un ‘gesto’, un pequeño ‘guiño’, con el que se reanudan unas relaciones que se enfriaron desde el año 2011. Ese viernes, el Ayuntamiento de Vejer conmemoraba su Hermanamiento con Chauen e inicia un nuevo marco de cooperación para retomar la unión histórica y cultural que se iniciara hace más de cinco siglos.
No podemos permitir que las relaciones entre estos dos municipios dependan de sus ayuntamientos, de un cambio político. Hay que crear redes sociales y ciudadanas y en eso se centra el nuevo convenio de colaboración: crear una red que gestione las relaciones y fomente esta simbiosis tan fructífera paTras el regreso del PSOE a la Alcaldía, y con poco tiempo para organizarlo, finalmente el Ayuntamiento celebró un acto protocolario en La Plazuela y que continuó en el Castillo, con el que “representa la continuidad de una relación duradera que ha trascendido fronteras geográficas y ha unido a nuestras ciudades en un vínculo único y especial”. Un vínculo que “jamás tuvo que romperse, fruto de la historia de amor entre Alí Ben Rachid y la vejeriega Catalina Fernández”.
El Salón Noble Diego José de Luna fue testigo de la firma del nuevo marco de cooperación entre ambas ciudades que incluye “proyectos transfronterizos en los que el tejido empresarial y los jóvenes serán los protagonistas”. Además, como gesto de buena voluntad, se procedió, por parte del regidor vejeriego, Antonio González, a la entrega de las llaves de la ciudad al alcalde de Chefchaouen, Mohamed Sefiani.
La jornada se cerró en el patio del Castillo con un concierto de música andalusí a cargo de Juanito Berrocal, Hamid Ajbar, Khalid Ahaboune y Tito Alcedo.
UNA HISTORIA DE LEYENDA
Entre la historia y la leyenda, la relación entre ambos pueblos se remonta siglos atrás, cuando gran parte de la península ibérica estaba bajo dominio musulmán. Por aquel entonces, Mulay Alí Ben Rachid quedó prendado por la belleza inigualable de una joven vejeriega, Catalina Fernández, quien cambió de nombre, Lalla Zhora y de religión. “Zhora, que significa flor y nos remite a la actual Zahora”, nos explica Antonio Verdú, exalcalde de Vejer y artífice del Hermanamiento con Chauen.
Los enamorados padecieron los procesos de expulsión tras la conquista cristiana de los territorios del sur y emigraron al norte de África, donde Zhora, sumida en la tristeza y la añoranza de su Vejer, le pidió al emir que replicara su pueblo en el monte donde hoy se erige Chauen (Chefchaouen), ciudad fundada en 1471 y cuya población se nutrió de los exiliados de Al-Ándalus.
Entre la leyenda y la historia, lo cierto es que las semejanzas son palpables a los ojos de sus visitantes. Calles estrechas y recovecos mágicos que se esconden tras un recinto amurallado que rodea la cúspide de una colina desde donde el pueblo mira el horizonte con majestuosa presencia. Arquitectura repleta de arcos y casas encaladas con patios interiores. Ventanas y puertas, altillos, plazuelas… y sus gentes, hospitalarias y afables.
DIPUTACIÓN RETOMA LA HISTORIA
Una conexión que “tiempo después”, mucho tiempo después, desde la Diputación de Cádiz se quiso poner en valor en un programa “centrado en las relaciones de varias ciudades de la provincia con otras extranjeras. Algeciras y Tánger; Jerez y Cognac; Cádiz y La Habana; y por supuesto, Vejer y Chauen”, recuerda Verdú.
Sobre estas relaciones, el servicio de Documentación y Vídeos de la Institución Provincial realizó varios documentales. “Hablamos de 1996, con Rafael Román como presidente de la Diputación” y con un jovencísimo Antonio Verdú recién llegado a la Alcaldía de Vejer al que le propusieron ir a Chauen a presentar ese magnífico trabajo audiovisual realizado por Fernando Santiago y Juan José Téllez, con los que acabó viajando a la ciudad ‘hermana’ en la que mantuvo un “fructífero” encuentro con el exalcalde chauní, Mohamed Sahadún. Un viaje en el que “empezamos a conocernos y a hablar” para que “las relaciones entre ambos pueblos fuesen más allá en pro de un desarrollo conjunto y común”.
Y gracias a esa primera visita llegaron un sinfín de posteriores reuniones técnicas y políticas “en las que se le dio forma a las relaciones con las que entablar y construir una base sólida” sobre la que se fraguó, años más tarde, en 2000, la firma del acuerdo de Hermanamiento un 29 de julio entre Antonio Verdú y el nuevo regidor chauní, Mohamed Saad El Alami.
Pero no era un acuerdo de Hermanamiento protocolario al uso y vació de contenido… “llevaba un anexo para establecer una hoja de ruta basada en la cooperación con la que crear a su vez una estructura oficial de relaciones”.
MÁS QUE UN HERMANAMIENTO
No en vano, “desde aquella fecha se comenzaron a realizar numerosas actividades, de las que muchas de ellas contaron con la ayuda de programas europeos que apostaban por la cooperación transfronteriza como Ma’Arifa, Interreg… Es decir, contábamos con el marco perfecto porque todas las iniciativas que presentábamos encajaban”.
Iniciativas como el intercambio entre jóvenes de uno y otro pueblo, actuaciones musicales y de danza, congresos de patrimonio histórico y arquitectónico, cursos de artesanía y ebanistería, presentación y edición de libros… “y proyectos de cooperación como la ayuda desde Vejer para dotar a los colegios de Chauen de mejores recursos y medios”.
Un Hermanamiento cuyo aniversario comenzó a celebrarse cada 29 de julio en Vejer con la organización de un zoco en el casco antiguo, acompañado de conciertos de música andalusí, representaciones escénicas por las calles, conferencias de historiadores y grandes personalidades marroquíes, entre ellas las del historiador Sidi Alí Raisuni, Mohamed Ben Abu, catedrático de Historia Medieval, así como numerosos ministros y alcaldes de Marruecos. “Fuimos fraguando una relación intensa”, insiste Verdú.
Una relación intensa “a la que fuimos capaces de incorporar tanto a la Diputación como a la Junta”, de hecho, “se da la anécdota que la Diputación construyó el mobiliario de un zoco andalusí que todavía está en la sede de Ifeca y que se estrenó en Vejer”. Por su parte, la Junta “se centró en la organización de reuniones, encuentros, intercambios con el norte de Marruecos y a mí me tocaba en muchas ocasiones participar en los mismos. Era como el nexo de unión”.
LA RELACIÓN SE ENFRÍA
Así fue hasta el año 2011 “cuando esas relaciones se pararon de golpe tras la entrada en la Alcaldía de Vejer del Partido Popular” y eso que el actual alcalde de Chauen, Mohamed Sefiani, “le envió una carta de felicitación al nuevo regidor en la que ofrecía su disponibilidad para seguir trabajando conjuntamente. Misiva con la que no obtuvo nunca una respuesta”.
Verdú lamenta ese “enfriamiento” de unas relaciones que “no tenían nada que ver con el color político porque hablamos de cuestiones históricas y culturales”. Aún así, en su caso, “nunca me he desligado de Marruecos” y es que “desde que por primera vez mis pies en esa tierra, en 1996, hasta hoy, me he sentido embriagado y media alma mía está allí”.
VERDÚ MANTIENE VIVA LA LLAMA
Una historia, la de Verdú con Marruecos, “muy larga y llena de grandes momentos. Durante estos años he cultivado grandes amistades que hoy son prácticamente familia. Y más allá de las relaciones humanas granjeadas, no he dejado nunca de cooperar. Forma parte de numerosísimos proyectos como la Red de Ciudades Históricas del Norte de Marruecos o de la acción estratégica de la Dieta Mediterránea como Patrimonio de la Humanidad”.
Una Dieta Mediterránea que “nos identifica, que es una forma de ser, de vivir, más allá de la buena alimentación” y a cuya red pertenecen siete países bajo el auspicio de la Unesco (España, Portugal, Italia, Grecia, Chipre, Croacia y Marruecos), cada uno de ellos representado por una ciudad, que en caso marroquí es Chauen, “ciudad que fue una de las promotoras en la propuesta para la que Unesco declarase la Dieta Mediterránea como Patrimonio de la Humanidad”, allá por el año 2010, cuando también se designó al Flamenco.
“Desde aquel año hemos trabajado en la puesta en valor de dicha dieta a nivel internacional”, formando Verdú parte de esos equipos de trabajo.
Además, Antonio Verdú forma parte de proyectos para fomentar la participación ciudadana, la declaración de Chauen como Ciudad Amiga de la Infancia, la potenciación del deporte con la elaboración del Plan Municipal o el intercambio de escuelas de Fútbol (en este caso con Conil)…
SEFIANI, MÁS QUE UN ALCALDE
En definitiva, “no he parado de trabajar desde 1996 hasta hoy”, tiempo en el que no duda en afirmar que “Chauen ha sufrido una transformación espectacular, un cambio para muchísimo mejor”, en gran parte gracias a su “líder estructural más allá de su cargo”, el alcalde Sefiani, al que Verdú alaba y define como “un hombre muy inteligente, avanzado a su tiempo, un líder internacional que ha situado a su pueblo en el mapa donde hoy es mundialmente conocido”.
Un regidor bajo cuyo mandato “las infraestructuras han evolucionado a pasos agigantados, así como los servicios de hostelería y restauración. Hoy Chauen es una ciudad que nada tiene que ver con la que conocí en 1996”, y claro está, “uno se siente orgulloso de haber aportado un granito de arena” en esa evolución.
A día de hoy, y desde hace ya varios años, Verdú considera a Sefiani como “mucho más que un amigo, y claro, cuando me pide colaboración o ayuda, se la doy sin pedir nada a cambio, de forma altruista… bueno, altruista no, porque también recibo conocimiento y relaciones humanas. Es de las cosas más maravillosas que uno puede hacer en la vida: conectar con la gente”.
Otro aspecto destacable en el que vierte sus horas Antonio Verdú es en la presidencia (Sefiani es vicepresidente primero) de la entidad asociativa Diversitas formaba por personalidades de España, Marruecos y Portugal y que promueve “actividades culturales y de desarrollo social con el objetivo de fomentar las relaciones entre las dos orillas”… actividades y programas como ‘Hijos de Al Andalus, el Festival de Música Andalusí de Barbate, el festival de música Dos Orillas en Conil, exposiciones en Francia...
LAS RELACIONES SE RETOMAN
Por todo ello, Antonio Verdú era una de las personas más felices y más emocionadas ese viernes pasado cuando se retomaron las relaciones entre ambos ayuntamientos. “Fue volver a la realidad. Vejer volvía a una realidad de la que nunca debió salir porque la historia hay que seguir construyéndola todos los días y hay que hacerlo con sentido común”.
Un reencuentro entre dos ciudades que llega de la mano del nuevo alcalde, Antonio González, quien hace unos meses visitaba Chauen junto a Verdú para conocer a su homólogo en dicha ciudad. “Él quería ir porque en su agenda política llevaba entre sus prioridades retomar las relaciones con la ciudad hermana”, señala Verdú quien recuerda que “González ya estuvo en Chauen cuando tenía 15 años y formaba parte del Consejo Municipal de Juventud”.
Su alegría por ese retorno de las relaciones está más que justificada, hablamos de una persona que “ha dedicado mucho tiempo de su vida a esta causa y volver a ver ese reencuentro es algo que me emociona”, al igual que le ocurrió a Sefiani, quien “dudó cerro segundos en venir a Vejer y eso que tiene una agenda muy apretada”, pero “era necesario realizar ese guiño, ese gesto, que se ha organizado a pesar de contar con poco tiempo y pocos recursos”.
Para Verdú las similitudes entre ambos pueblos son evidentes y “con el Hermanamiento se han impregnado el uno del otro”, como demuestran los numerosos viajes culturales realizados en los últimos años. “Existe un encaje perfecto… el zoco no desentonaba en nuestro casco histórico”, que hoy está repleto de aromas de Marruecos, desde sus establecimientos gastronómicos hasta sus tiendas de cuero, cerámica y madera.
Por ello, “no podemos permitir que las relaciones entre estos dos municipios dependan de sus ayuntamientos, de un cambio político. Hay que crear redes sociales y ciudadanas y en eso se centra el nuevo convenio de colaboración: crear una red que gestione las relaciones y fomente esta simbiosis tan fructífera para ambos” y que se remonta a más de cinco siglos atrás en la historia, por lo que “es imposible de destruir como pudo verse en la gran asistencia de vecinos y vecinas a los actos del viernes. Vecinos que se acercaron a saludar a Sefiani y a darle las gracias, algo que me emocionó”.
Hablamos de “un maridaje perfecto entre dos culturas que se complementan” y “el nuevo Ayuntamiento lo ha sabido captar y sabe que el camino es implicar a los jóvenes y crear esa red para gestionar unas relaciones que jamás debieron perderse”. Hoy Vejer y Chauen, Zhora y Alí Ben Rachid, retoman una historia de amor que eterniza su pasión en el tiempo.