Dedico hoy mi blog a la Guardia Civil. Ese Cuerpo de uniformidad verde del que a veces solo nos acordamos cuando los vemos en la carretera ejerciendo funciones de guarda de nuestra seguridad vial y comenzamos a prestar atención a todas las señales. Quizás, muchos de nosotros, no seamos conscientes de los valores que tienen estos hombres y mujeres, como son el sacrificio, la lealtad, la austeridad, la disciplina, la abnegación y el espíritu benemérito, protegiéndonos del peligro y del delito, en ocasiones con el riesgo de sus vidas.
La Guardia Civil se crea por Real Decreto del 28 de marzo de 1844 y su formación se le encarga a Francisco Javier Girón y Ezpeleta, Segundo Duque de Ahumada y Teniente General del Ejército, el cual redacta un Reglamento que recogía, en su capítulo primero, la siguiente afirmación: “el honor es la principal divisa del Guardia Civil. Debe, por consiguiente, conservarse sin mancha. Una vez perdido, no se recobra jamás”.
Sin embargo, la verdadera fecha de fundación de la Guardia Civil se produjo un poco más tarde. Concretamente, el 14 de mayo de 1844 que se publicaba en la Gaceta de Madrid una Orden del Ministro de la Guerra, Ramón María Narváez, reorganizando todos los servicios del benemérito cuerpo.
En la primitiva Cartilla del Guardia Civil (1845), se contemplaba tanto reglas morales como de urbanidad y protocolo, dotando a los guardias de una sobria formación moral y humana, dignidad y sentido del honor. Todo un compendio de servicio al prójimo y cuyo espíritu pervive moralmente hoy día.
Llegado a este punto, quiero elevar un recordatorio póstumo, tanto a los guardias civiles que fallecieron en el desgraciado accidente de la autopista Cádiz-Sevilla, a la altura de Los Palacios (19-03-2024), como a los agentes fallecidos cuando fueron embestidos en Barbate por una narcolancha (09-02-2024), (q.e.p.d. todos). También deseo expresar mi pésame y cariño a sus madres, padres, esposas, hijos, compañeros, etc. Unos, sufrirán todas sus vidas por haberlos perdido y, otros, por el periodo de restablecimiento de los heridos. Mi pésame también para los familiares de los fallecidos civiles del accidente de tráfico y mi ánimo para que los heridos se recuperen pronto.
De ambos siniestros, quizás las vidas perdidas más injustas fueron la de los dos guardias civiles de Barbate, que fueron asesinados vil y cobardemente, sin darles opción de defensa. Lo de la autopista fue un desgraciado accidente. En el caso de Barbate, los agentes acudieron con una Zodiac al muelle comisionados por sus mandos para identificar a unas narcolanchas. Éstas, al ver a la Guardia Civil, emprendieron la marcha hasta que, una de ellas, dio un rodeo y arremetió contra la pequeña embarcación. Segundos antes, los guardias civiles vieron el peligro venir y trataron de protegerse e intercambiaron frases como "van a por nosotros", "sacad el arma" y "disparad al aire". Pero no intuían hasta donde iban a llegar estos asesinos que darían un segundo rodeo con la narcolancha alejándose para seguidamente coger velocidad y embestirla pasándoles por encima. Todo quedó grabado en un vídeo con una cámara GoPro desde la zodiac, medio fotográfico que ha servido de prueba para las posteriores diligencias y detenciones, así como para que el fiscal califique los delitos como de asesinatos.
Es evidente que se enfrentaron al peligro con un medio inadecuado, como es una zodiac, embarcación que no tiene semejanza alguna con una narcolancha, que por su envergadura, velocidad, longitud y peso, superan con creces a éstas. No pudieron usar sus armas de fuego porque los narcos en primera instancia se alejaron y les daban la espalda. Luego ya fue imposible por la rapidez y la envergadura de la proa de la narcolancha que no les permitía poder ver a los tripulantes para haber evitado la colisión.
No se ha tenido conocimiento por ningún medio de comunicación, sobre presuntas responsabilidades de los mandos que dieron las órdenes para que se realizara este servicio con medios tan insuficientes y desproporcionados. Y yo me pregunto: ¿Se les habrá abierto expediente interno? ¿Se les apartará de sus funciones?. Temo que todo esto quede en el olvido (del que yo espero que algún día se sepa todo). Es triste pensar que la vida -para algunos- pueda estar por debajo del deber.
“Mandar no es dar órdenes ni aplicar leyes y reglamentos sino estudiar, conocer y aplicar, todo ello desde la honradez intelectual y el ejemplo. Mandar es también decir siempre la verdad, a los de arriba y a los de abajo”. Rafael Dávila Álvarez, General de División
Se cometió un asesinato abominable, injusto e innecesario contra unos agentes que se jugaron sus vidas por defender el orden público y luchar contra una de las mafias más peligrosas que existen por estos lares, la del narcotráfico de todo tipo de drogas y que mueve miles de millones cada año. Además, lo hicieron con una falta de medios que roza ya la negligencia por parte del que tiene el deber de protegerles: el Estado. Pero el problema no es de ahora, no; viene de muchos Gobiernos desde hace varias legislaturas (de PP y de PSOE) haciendo todos oídos sordos. De aquellos polvos, estos lodos.
Falta en España mayor inversión económica en seguridad, mayor apoyo a las fuerzas del orden con leyes más transparentes, con un mayor compromiso con la seguridad. En definitiva. más apoyo y menos política barriobajera. Y que se haga justicia ´-de una vez por todas- con la Guardia Civil y la Policía Nacional otorgándose el estatuto de profesión de riesgo porque en segundos puedes perder la vida. Son agentes del orden que realizan un trabajo de mucha cualificación y peligrosidad. Con ello se equipararían a las Policías de las CCAA y a los policías locales, que sí están definidos como profesión de riesgo, lo que les permite la jubilación a los 59 años (seis años cotizados por cada cinco trabajados).
Se me quedan muchas cosas en el tintero, pero permitidme que acabe este artículo recordando a aquellos Guardias Civiles fallecidos, también a los heridos para que se restablezcan pronto. Y mis condolencias para todos sus familiares.
“Un héroe no es más valiente que un hombre normal, pero es valiente cinco minutos más”. Y a estos Guardia Civiles les sobraron cinco minutos...para no morir. (Ralph Waldo Emerson - escritor, filósofo y poeta estadounidense)
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