Según anunció ayer el ministro de Economía, Luis de Guindos, las entidades que decidan fusionarse, como es el caso de Unicaja y Duero España, tendrán dos años para hacerlo pero tendrán que presentar antes del 30 de mayo un plan de viabilidad para aumentar su tamaño un 20%, incluyendo medidas de gobierno corporativo y un compromiso de concesión de crédito.
Este nuevo marco financiero, unido al laboral, influirá en las negociaciones y “habrá que amoldarse a ellas y continuar la negociación”, según el portavoz de Secar, Sebastián Torret, quien afirmó que se han sentido “defraudados” por la falta de avances en la reunión de ayer.
Por su parte, el representante de Cesica, Emilio Menéndez, detalló que ayer sólo se analizó la propuesta realizada en diciembre por la empresa, que incluía la previsión de reducir la plantilla en un 20%, pero sin concretar nada.
Según los sindicatos, estas reformas serán las que van “a marcar y a fijar las reglas del juego y las condiciones laborales”, señalando que “los consejos de administración de las dos cajas no han cerrado la forma en cómo se va a producir la integración”.
Sobre estas reformas, el presidente de Unicaja, Braulio Medel, destacó ayer que “el mundo no está quieto” si no que “hay que adaptarse a ese ritmo con el que avanza el mundo” si no “se quedará a atrás”, lo que ninguna entidad “se puede permitir”..