El Rayo Vallecano, en un partido frío y de pocas ocasiones, se impuso al Espanyol (2-0) con goles del argentino 'Chori' Domínguez y del capitán Piti que le permiten acercarse a la permanencia matemática y seguir soñando con los puestos europeos.
Después de la derrota en el último minuto en el partido de la primera vuelta en Cornellá-El Prat, el Rayo, con ganas de revancha, se aprovechó de la poca intensidad con que saltó al césped el Espanyol para hacerse desde el minuto uno con las riendas del encuentro.
El conjunto local abrió el marcador a los ocho minutos, cuando el brasileño Leo Baptistao recibió el balón sobre el costado izquierdo, inició la carrera hacia el área, se zafó de su marcador y, en la línea de fondo, puso un centro que remató al fondo de las mallas el argentino 'Chori' Domínguez.
Con ventaja, al Rayo se le notó más cómodo sobre el césped, basando sus acciones de ataque en una buena elaboración en la medular a cargo de Roberto Trashorras, que tuvo como aliados en las bandas al guineano Lass y al capitán Piti.
Al Espanyol, en el que sorprendió la suplencia de Joan Verdú por el también centrocampista Cristian Alfonso, le costó mucho entrar en el ritmo del juego y durante la primera parte solo dio síntomas de cierto peligro en alguna acción aislada de Sergio García o del uruguayo Stuani.
En el descanso, al que se llegó tras un disparo de Piti que sacó a córner con apuros Kiko Casillas, el técnico mexicano del Espanyol, Javier Aguirre, movió ficha y dio entrada a Verdú y al ghanés Wakaso con el objetivo de dotar de mayor movilidad y profundidad a su ataque.
Sin embargo, la falta de ideas y ciertos errores de circulación en la medular mermaron la capacidad ofensiva del Espanyol, que al igual que en la primera parte se fue diluyendo hasta verse de nuevo superado por la presión que los franjirrojos hacían en cada jugada.
El argentino 'Chori' Domínguez, con un disparo lejano a los sesenta minutos que se marchó fuera, levantó a los espectadores de sus asientos y de paso elevó un poco los ánimos de su equipo, que, pese a dominar y tener el control del juego, apenas creaba ocasiones de peligro.
En el minuto 76, el capitán Piti amplió la diferencia del Rayo al aprovechar un error en la salida de Casilla y cruzarle el balón con un disparo con la zurda.
Este segundo tanto fue un lastre demasiado pesado para el Espanyol, sobre todo porque no daba síntomas de poder revertir la situación.
La entrada del búlgaro Martín Petrov en los últimos minutos no sirvió de revulsivo para el juego de los blanquiazules, que acabaron el encuentro metidos en su campo defendiéndose de las embestidas de los locales.