Exhibición espectacular del Betis al Zaragoza; goles obra por duplicado de Pabón, sumados a los de Rubén Castro y Jorge Molina. Un 4-0 que todavía no rubrica el objetivo europeo a falta de un punto en Levante como consecuencia del triunfo del Rayo Vallecano en Getafe.
Mismo sistema de los últimos partidos y frente a las bajas durante la semana, Mel incluía a Ángel en el lateral derecho y Jorge Molina en ataque como principales novedades en el cuadro bético. Jiménez, bajo presión, presentó un equipo con más pretensiones ofensivas de las habituales en otros encuentros.
Pero el que golpeó primero volvió a ser el de siempre. El futbolista más fiable del conjunto verdiblanco. Sólo 15 segundos le bastaron al delantero canario para alojar el balón en las mallas zaragocistas tras un saque en largo que culminaría Castro de manera brillante dejando a su pareja defensiva y a Roberto en el suelo bajo el estallido de alegría en el Villamarín.
El Zaragoza, tocado y casi hundido sobre el terreno de juego, dejaba auténticos agujeros atrás en una descomposición pocas veces vista en un bloque que se jugaba tanto como. Tesitura que por supuesto aprovecharía un Betis lanzado a por la victoria dispuesto a resarcirse de su deplorable derrota en Mallorca.
Como aviso, en el minuto 11, una vez más Rubén Castro se erigió como el protagonista absoluto de la situación aunque en esta ocasión no acertó a cabecear en área pequeña una pelota franca cuyo testarazo lamió el palo.
Sin embargo, el hiperactivo atacante bético, se desquitaría de su error un cuarto de hora cediendo la pelota del segundo tanto verdiblanco a Pabón que remacharía a puerta vacía una transacción que arrancaría en Salva Sevilla y terminaría en el interior de la red visitante. La exhibicación de los de Mel era total.
La primera y única ooportunidad clara de toda la primera mitad para los maños recayó en las botas del ex sevillista Rodri, quien no contactó por escasos centímetros el cuero ante el fallo de marca de Amaya y Paulao.
No en vano, la máquina local continuaría generando situaciones de verdadero peligro. Y es que primero Jorge Molina mano a mano con Roberto y luego Pabón en el descuento, pudieron ampliar la ventaja en el marcador de haber acertado con el remate a portería adversaria.
Tanto el espigado killer de Alcoy como el colombiano abanderarían y ejecutarían la jugada del tercer tanto verdiblanco en una contra fulgurante que enlazaría de nuevo Salva, asistiría en profundidad Pabón y Molina dentro del área con Roberto delante definiría a la perfección en una tarde de goleadores.
Los espacios del Zaragoza se sucedían uno detrás de otro, con más corazón que cabeza. Huecos que explotaba el Betis como pocos lo hacen en esta Liga y del que volvería a sacar tajada el mejor fichaje invernal de la temporada.
‘Zarpazo’ decisivo en el ‘70 que comenzaría con un despeje de Paulao, apertura de primeras de Rubén Castro hacia Salva Sevilla (descomunal el partido del centrocampista almeriense) que efectúa un centro por delante y Pabón, el día de su despedida de Heliópolis vistiendo la elástica bética, sumaría su octava ‘diana’ en cuatro meses.
Brindis al beticismo que no obstante, tendrá que esperar hasta la jornada número 38 para certificar Europa.
La generación del ‘77 acompañó a Esnaola
En la antesala de un encuentro tan importante hubo cabida cómo no para dedicar los minutos previos a una figura humana y futbolística que ha dedicado 40 años de su vida profesional a vestir primero y a entrenar más tarde los colores de la camiseta verdiblanca y cuyo merecido homenaje situó a aquella plantilla de 1977 en su compañía.
¿Cierre y despedida de muchos del Villamarín?
90 minutos frente al Zaragoza que pueden de alguna manera haber significado el adiós de varios jugadores del plantel bético que hayan vivido su último partido ante la afición del Betis en una lista que conforman Adrián, Casto, Fabricio, Ángel, Mario, Cañas, Rubén Pérez, Salva Sevilla, Beñat, Juan Carlos, Campbell, Pozuelo, Molins y Pabón.