El fichaje de Kevin Gameiro el pasado verano se convirtió en uno de los traspasos mediáticos no sólo del Sevilla sino de la Liga. La llegada de este delantero francés de 26 años a la capital andaluza despertó el optimismo de una afición que se quedaría huérfana de gol tras la marcha de Negredo a la Premier y su aterrizaje, no sin polémica tras las negociaciones con el París Saint-Germain, motivó al sevillismo para seguir creyendo en este proyecto deportivo.
Se trata de un jugador que había anotado 56 goles con el Lorient y 23 en sus dos años en el PSG. Internacional absoluto con Francia y, sin duda, un punta apetitoso para buena parte de los clubes de segunda fila de Europa. Pero eligió Sevilla a cambio de unos 8 millones de euros.
No arrancó la temporada tal y como se esperaba. Comenzó formando pareja de baile de Carlos Bacca pero jornada a jornada el colombiano le fue ganando la tostada y Unai Emery determinó un esquema en el que sólo contaría con un delantero. Aún así, sus aparaciones desde el banquillo han ido a más y sus guarismos al alza. Es por ello que de las 26 jornadas ligueras ha sumado 1196 minutos y seis tantos. El último el del pasado domingo frente a la Real Sociedad que propició el triunfo sevillista.
Pero lo más destacado son las sensaciones. Sus intervenciones comienzan a ser notables y ahora sí empieza a parecerse a ese atacante ágil y versátil que campeaba por la liga francesa. Tal y como demostró ante los donostiarras, Gameiro salió y revolucionó el duelo con sus movimientos entre líneas. Su velocidad es uno de sus fuertes y cuando anda bien el olfato goleador lo tiene afinado.
Sólo requiere continuidad porque como ya dijera Emery tras la última victoria unir a Kevin y Bacca “es positivo para el equipo”. Una pareja con presente y futuro que pueden dar grandes tardes de glorias a la afición sevillista.
Con el Mundial a la vista
El galo estará mañana con su selección en el amistoso frente a Holanda. Deschamps le ha dado un voto de confianza pero para estar en el Mundial de Brasil está obligado a recuperar su mejor versión.