El Comité Asesor de Alertas de Salud Pública de Alto Impacto de Andalucía -Comité de Expertos- se va a reunir próximamente -según la Junta de Andalucía- para analizar la situación de la pandemia, tras las alarmas que se están produciendo en la mayoría de los países europeos dónde la pandemia está azotando de nuevo. No será en Andalucía y España un tsunami epidemiológico, con consecuencias de hospitalizaciones masivas y muertes, como las anteriores olas porque, afortunadamente, el nivel de vacunación es muy alto. Nos hemos convertido en líderes en vacunación y eso está librando a andaluces y españoles de las horribles situaciones que nos ofrecieron las primeras olas de la pandemia.
Hay tareas pendientes como afrontar, cuando sea aprobado, la vacunación de los menores de 12 años. O las terceras dosis. Es evidente que no se va a suprimir, ahora que se juntan tres fenómenos negativos, -el frío del invierno, las celebraciones navideñas de amigos y familiares y el mayor uso de espacios interiores por lo anterior- el uso de las mascarillas en los interiores, sean medios de transportes, comercios, hostelería, etc. Las restricciones - no tan fuertes como las antiguas- se van a poner en marcha por su absoluta necesidad.
En Austria, con un índice más bajo de vacunación que el nuestro, han restringido férreamente la movilidad de los no vacunados, en Francia e Italia el pasaporte o certificado COVID digital se exige en todos los espacios interiores, en Italia en los lugares de trabajo, en EEUU se plantea, con dudas judiciales, para los funcionarios federales y en Países Bajos, cierre a las 7 de la tarde y así sucesivamente.
En España nos encontramos con un 10% de personas mayores de 12 años que no se vacunan. Son tres millones en España y medio millón en Andalucía. Ése es el núcleo irreductiblemente negacionista e insolidario que se debe combatir por las administraciones.
La exigencia del certificado debe adoptarse de forma inmediata para trabajadores y usuarios de servicios públicos y privados en todos los espacios cerrados. Que los tribunales nos cojan confesados y vacunados.
Los negacionistas son tan anticientíficos como el líder de la oposición que manifestó escandalosamente que “A las 8 de la tarde no había posibilidad de que la solar emitiera porque era de noche”. Son argumentos -los diga quien los diga- rechazables.