Un grupo de manifestantes, formado principalmente por miembros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG), han atacado este miércoles el Congreso del estado mexicano de Guerrero y han prendido fuego a la sala de plenos en protesta por la desaparición de los 43 estudiantes 'normalistas' el pasado 26 de septiembre en Iguala.
Tal y como informa el periódico mexicano 'Milenio', los manifestantes han causado destrozos en el interior de las instalaciones, derribando estanterías y rompiendo los cristales, antes de incendiar la sala de plenos. Los incidentes se han prolongado durante dos horas sin presencia policial en la zona.
En el lugar de los hechos había en torno a medio centenar de policías que resguardaban el lugar y que no opusieron resistencia al encontrarse en una clara inferioridad numérica --los manifestantes eran cerca de 800--. Al abandonar el lugar, los manifestantes aprovecharon para prender fuego a cinco vehículos situados en el aparcamiento y causar daños materiales en el interior del Congreso.
Tras los incidentes, los manifestantes regresaron a su campamento en el centro de la ciudad de Chilpancingo --capital de Guerrero--, cerca del Palacio Municipal y la catedral. Protección Civil municipal no ha informado sobre personas lesionadas a raíz del incendio en el Congreso del estado y en el edificio anexo de la Contraloría local.
CASO IGUALA
Los 'normalistas' (estudiantes de Magisterio) llegaron a Iguala el 26 de septiembre para recaudar fondos para viajar a la capital mexicana el 2 de octubre con el fin de participar en la conmemoración de otra matanza, la de Tlatelolco.
Ese día la esposa del alcalde tenía previsto presentar un informe de su labor al frente del Sistema de Desarrollo Integral para la Familia municipal y, ante el temor de que los estudiantes reventaran el acto, como ya había ocurrido en el pasado, el alcalde ordenó a la Policía actuar contra los 'normalistas'.
Policías de Iguala, apoyados por agentes de Cocula, interceptaron a los jóvenes a la entrada del municipio y abrieron fuego, matando a uno de ellos y dando lugar a un enfrentamiento que se saldó con seis muertos y 25 heridos.
Una vez controlada la situación, detuvieron a los 'normalistas' que no consiguieron huir, les condujeron en varios furgones policiales a los límites entre Iguala y Cocula y se los entregaron a Guerreros Unidos. A partir de ese momento se pierde el rastro de los 43 'normalistas'. Queda ahora el análisis de las cenizas y de los cadáveres de la veintena de fosas comunes que se han hallado en Iguala y los municipios cercanos.